En la divina comedia de Dante, antes de llegar al Paraíso, las almas deben cruzar los dos ríos que fluyen en el Edén y que manan desde lo alto de la montaña del purgatorio. Las aguas del Leteo hacen olvidar los males cometidos, y las del Eunoe ayudan a recordar los bienes realizados.
Las palabras, como tampoco las personas ni los hechos pasados, no desaparecen del cerebro. No almacenamos recuerdos. No tenemos cajitas para ir guardando. En realidad, nuestro cerebro es casi infinito porque no llenamos células con información sino que las interrelacionamos.
Antes de entrar en el Paraíso el alma bebe de los dos ríos.
Al final, descubrimos que todo estaba interconectado.
Le temps efface tout comme effacent les vagues
Les travaux des enfants sur le sable aplani
Nous oublierons ces mots si précis et si vagues
Derrière qui chacun nous sentions l’infini.
Le temps efface tout il n’éteint pas les yeux
Qu’ils soient d’opale ou d’étoile ou d’eau claire
Beaux comme dans le ciel ou chez un lapidaire
Ils brûleront pour nous d’un feu triste ou joyeux.
(…)
L’oubli comme une brume efface les visages
Les gestes adorés au divin autrefois,
Par qui nous fûmes fous, par qui nous fûmes sages
Charmes d’égarement et symboles de foi.
Arthur Rimbaud « Je contemple souvent le ciel de ma mémoire » (fragmento)
(Imagen: Patinir. Paso de la laguna Estigia, 1519-1524. Museo del Prado, Madrid.)