Decía Teresa de Jesús que el alma del hombre es como un castillo, en cuya interioridad, grande como el cielo, hay muchos aposentos. Para avanzar, y llegar a lo más profundo hay que ir atravesando distintas moradas. En ocasiones, no sabemos cómo seguir porque las puertas de las distintas habitaciones están cerradas. Nadie viene a ayudarnos: no aparece un ángel en mitad de la noche ni desciende una luz como una nube y nos rodea para indicarnos el camino. Solo tenemos lo que hemos aprendido pateando el polvo, saltando charcos y subiendo y bajando cuestas pero nos basta para saber por dónde seguir avanzando.
Atravesar el castillo requiere disciplina y trabajo diario. Bien lo saben los que hacen el camino de Santiago: solamente se llega al final caminando paso a paso.
Somos jardineros que nos hemos quedado sin
flores…
No se puede plantar ninguna hierba medicinal
de ayer para mañana.
Nelly Sachs
Imagen: Tacuinum Sanitatis. 1390-1407. Akademische Druck Graz, Austria
Muy buen post!! Agradecida 🌻
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