Si los cinco hombres la hubieran rodeado en un portal para robarla, el delito hubiera sido robo con intimidación pero fue una violación en grupo… En este caso, los jueces dicen que no hubo intimidación porque no hubo violencia y por lo tanto no hubo agresión.
Y es que la sexualidad en este país siempre ha sido tabú. Freud decía que allí donde hay un tabú hay una ambivalencia, un asunto que intranquiliza, entre la tentación y el miedo.
¿Y para la víctima?
Es la vergüenza. Hay mucho dolor de aquél que calla y muere con ello dentro. Es el duelo secreto porque el que conoce la verdad no olvida, sabe que aquello que dice la jurisprudencia no es cierto. Llevará por siempre una pena. Una pena de silencio.