«Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra». Génesis (11,1-9)
Queremos dejar una huella de nuestro paso por esta tierra. El poder y la fama son deseos de trascendencia: queremos que nos recuerden y que nos reconozcan, dejar huella.
Y tras ese deseo hay una idea de división, una fractura: no somos iguales, unos merecemos más que otros…. Hablamos distintos lenguajes. Cada uno piensa que su pueblo, su herencia, su historia y sus dioses son los verdaderos.
Vivimos en Babel y sin embargo……
Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.
Los justos. Jorge Luis Borges.